Donde a veces estoy (11)

Ya que no se puede matar al pescador...
informemos a los peces.

Donde a veces estoy (10)

"Pero el asunto de vivir posee una maravillosa gravedad, de la cual uno no está eximido por el hecho de ser poeta."

Diarios
John Cheever

Donde a veces estoy (9)

Parpadeas y te sigo.
Se amontonan en mi espalda nudos que me resultan desagradablemente familiares.
No avances a la palabra.
Parpadeas y yo te sigo.
El ceño se frunce y suena el pequeño agudo iluminado que me resisto a mirar.
Parpadeas y yo sin querer te sigo.
Descienden otras vidas por la escalera, cercana, a fuera.
Parpadeas y yo queriendo sin querer te sigo.
Ahora miro recordando una estúpida manzana verde, que es verde sólo porque así la he imaginado.
Parpadeas y yo queriendo sin querer te sigo a cachos.
Joder que triste estoy.
Caigo en la cuenta de que no sé planchar mientras sigue lloviendo, siempre al otro lado de la ventana.
Parpadeas y yo queriendo sin querer te sigo a cachos intermitentes.
Se ha desplomado la mata de pelo que cubre mi cabeza.
Devuélveme, que yo sigo aquí, haciendo ver que no me importa seguir esperándome.
Me duele casi el estómago y el frío perfora las plantas de mis pies.
La fortuna, esa diosa incomprensible, me tiene secuestrada.
Joder.

Donde a veces estoy (8)

He oido decir que está a punto de llegar un viento de Siberia.