El delito comun (26)

El viernes conseguí entrar en la seta y descubrí que estaba llena de gnomos de colores. Entendí porqué durante los dos días anteriores había estado siempre vacía. A media noche llegó un gnomo que trabajaba en una seta en Bruselas preguntando si alguien había leído a Kavafis. Cantó una mujer cubana mientras Carlos tocaba la guitarra. Y allí aparecieron poco a poco los nombres de aquellos seres diminutos. Y se cerró la persiana blanca y nos quedamos encerrados en la seta mientras, de fondo, sonaba el "chssssssss" silencioso del gnomo-camarero. Nos sentamos todos, al final, en un corro para podernos calentar las manos con el fuego de la soledad.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Oye, ¿no comerías de esa seta? Que luego uno acaba viendo a Bela Lugosi, hablando de Los Fabulosos Baker Boys o diciendo expresiones como "lo que tienes que hacer es rentabilizar tu ano". Todo eso por no hablar de perras embarazadas que viajan en avión. Hay que tener cuidado con las setas, que las carga el diablo.

lunes, 28 febrero, 2005  
Blogger Glube said...

No, pero me tomé unas cuantas cervezas con un palo que llevaba una gorra preciosa y que no sabía que era también un gnomo, un gnomo-escritor, un gnomo-historiador, un gnomo-filósofo, un gnomo-bueno, un gnomo-amigo.
Resultados de esta semana: Barcelona 1-Alemania 2

lunes, 28 febrero, 2005  
Blogger Glube said...

¿Cubitas? Que eso de la cerveza sube muy rápido y luego pasa lo que pasa en el blog!!!! Jajajajaja
Saludos desde un lugar muy lejos de Tirana!!!

martes, 01 marzo, 2005  

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