Historias de cartón (3)

Era muy tarde y caminaba hacia mi casa después de salir del cine. Mi cara estaba llena de lágrimas por culpa de esas historias que aún estar muy lejos de mi realidad siento como si fueran mías. Intentaba distraerme para poder dejar de llorar y volver así al barrio en el que realmente vivo. De repente me volví extraña. Me puse a seguir a un tipo que mientras andaba rozaba la pared de un muro con las llaves. No podía escuchar el ruido pero me lo imaginaba. Supuse que me apetecía hablar con alguién y deseé encontrarme por casualidad con cualquier conocido. Y eso fue lo que pasó. A lo lejos vi que se acercaba una pareja de amigos con los que alguna vez he compartido alguna tarde o alguna noche. En esos segundos en los que puedes reconocer al otro pero aún no alcanzas a poder a hablar pensé que justo en el momento del encuentro les atropellaría con el saco de sensaciones que llevaba dentro y que necesitaba vomitar. Finalmente me paré unos minutos con ellos y no sé por que razón se me hizo una bola en el estómago. No sé por qué razón no les pude explicar nada. Desaparecieron detrás de mi y yo me fui con mi bola a casa, acariciándola así muy suavito. Hace tiempo que apredí a hablar y ahora creo que estoy en el camino de desaprender a hacerlo.

“El silencio, y sólo el silencio, mantendrá intacta una pura y estéril ilusión de verdad”.

Bueno...quizá no pero yo no pude hablar.

1 Comments:

Blogger Glube said...

Creo que no me debo haber explicado bien:ellos eran una pareja de amigos mios pero ninguno de los dos era mi ex ni nada por el estilo. El tema era otro. Pero como siempre, al final que más dará el tema? Qué más dará todo?
Un saludo.

viernes, 18 marzo, 2005  

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