El encanto de la ballena (12)

He decidido no volver a desabrocharme el último botón del abrigo. Ayer lo hice y sentí frio y no sentí…tus brazos acercándose ni colándose debajo del jersey. Ahora sólo soy capaz de decirte que no volveré a desabrocharme el último botón y… nada más. Sabemos que llega el silencio y esta vez yo no callo por querer hablarte con mis ojos y enseñarte lo bello de lo que no suelo decir con palabras, ahora callo por miedo. Ayer te mostré toda mi fragilidad: desnudas ella y yo ante ti. Pero ayer ya pasó. Hoy no lloro, solo tiemblo. Será por el frío.

2 Comments:

Blogger ecléctica said...

Hola, Esther.
Dos de diciembre de 2005. Sigue compartiendo el privilegio de poder escribir con la propia voz.

viernes, 02 diciembre, 2005  
Anonymous Anónimo said...

Yo una vez escribí sobre un último botón, qué tiempos aquellos:

Era el último botón, ese que nunca se desabrocha, incluso cuando la primavera explota y todos los botones sobran. Entonces miraba hacía arriba con envidia a sus hermanos, que volaban libres de ojal y algunos incluso de decencia, adentrándose o intentándolo en gargantas cálidas y polinizando cual abejas los tejidos vivos, alegres y saltarines.

martes, 27 diciembre, 2005  

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