El encanto de la ballena (6)
Cada cierto tiempo, desde hacía ya casi dos años, su madre le regalaba un par de calcetines. Siempre eran iguales: verdes, con rayas horizontales en varios tonos del mismo color. No eran especialmente calientes, ni suaves, ni bonitos, pero...con el paso de los días, habían conseguido sustituir a la manada de puntos negros que desde que decidió comprarse todos los calcetines iguales para no confundirlos por las mañanas y para no tener que perder tiempo en emparejarlos, habían ido conquistando el espacio de ropa mojada. Ahora agradecía ese regalo a largo plazo de su madre, ese verde pincelando un pequeño recodo de otoño en el tendedor de su terraza.
2 Comments:
ya leí todo acerca de la filarmonica. para mi tambien es especial, igual que Alex, igual que la neue national galerie igual que arkonaplatz, igual que.... todo berlin.
aunque barcelona no es menos. saluda a mi sants si puedes, significa mucho para mi sobretodo en estos dias.
no haguera pensat mai que l'enyoraria tant! ahi queda, tal vegada un petit homenatge a bcn. ciutat que vaig arribar a odiar i que cada cop trobe més en falta
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