Poliedros (20)

“Ella ignoraba su nombre y el monstruo de insuficiencia que es un nombre, y su propia imagen aún no le había ocultado el mundo, que sólo es para nosotros el guardarropa donde vestir nuestra imagen.”

Se han acabado los Poliedros. Me voy de viaje. Ya puedo empezar a creer que no debe ser sólo una coincidencia que cada vez que hago la maleta me de por cambiarle el nombre al post.

“(…), demente y razonadora, con su paquetito de viaje envuelto en un pañuelo, obtusa, contándole a la obtusa corteza historias deshilvanadas de reinas profanas, de matanzas en septiembre, de puñal y de mandato divino: como un autor, pensé, que no sabe de qué habla ni para quíen, pero que se basa en la proliferación de palabras huecas para exigir a los cielos una categoría única, y en la muerte desastrosa, asumir un nombre memorable. El árbol ciego chorreaba.”

Dejo sobre la mesa la historia de la mujer del orfebre, la del chico que trabajaba en una fábrica donde hacían tapas de water con cáscaras de avellanas. Bajo la almohada, una historia que tengo que aprender a escribir. Y esto que digo no es una metáfora ni va con doble sentido, ni nada tiene que ver con ninguna de esas pájaras mentales con las que tanto disfruto: tengo ganas, cuando vuelva, de escribir una pequeña historia y no tengo ni idea de cómo hacerlo. Así que bienvenido sea el tiempo. Y si es hueco el nombre, desastrosa la historia y me muero y no voy a los cielos…quizá no me importe.

“El verano ríe entre los tilos, la sombra se inclina sobre la puerta cerrada, todo cambia poco a poco.”

Quizá algún día me olvide de los detalles, de las cosas pequeñas. No recordaré nada. ¿Y si no estás tú para poder devolverme el momento que compartimos, el momento en el que te dije gracias por ir dándome golpecitos en las piernas para que fuera descubriendo mi propio camino? Ahora suena “la chica de ayer” mientras siento eso que va cambiando poco a poco.

“Hubiera querido llorar, y sólo pude extasiarme: porque las palabras se derramaron de pronto, ardientes contra las frescas bóvedas, como canicas de cobre echadas en una vasija de plomo.”

Me voy con “La mujer justa” y volveré no sé con qué.

Fragmentos de Pierre Michón en Vidas minúsculas.

2 Comments:

Blogger Grock said...

"The highest hymns of the sun are written in the dark" Dylan Thomas.

miércoles, 10 agosto, 2005  
Anonymous Anónimo said...

You are a splendid butterfly
It is your wings that make you beautiful
And I could make you fly away
But I could never make you stay

Not for all the tea in China
Not if I could sing like a bird
Not for all North Carolina
Not for all my little words
Not if I could write for you
The sweetest song you ever heard
It doesn't matter what I'll do
Not for all my little words

All my little words - The Magnetic Fields

Just quan creia que estaves lluny, et trobo amagada en una cançó.
Dia de gossos a Bcn. Mitjans d'agost, però l'estiu ja s'ha acabat. Bé, sempre ens queda la tardor i aquelles tardes fetes per prendre xocolata calenta...

Bona sort amb la nova etapa del blog. Espero només que tingui un títol més maco ;) i la dosi habitual de cripticisme, tan tendre, tan teva.
Quan torni la dona justa hauràs de parlar d'intuicions, i de si éren encertades...

"There's an hour of sunshine
for a million years of rain
but somehow that always seems to be enough"

sábado, 20 agosto, 2005  

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