Crónica de un garbanzo (12)
Era una noche perfecta para ir a la playa a tomar mojitos, escuchar a cualquier Dj y sorprenderse con la espuma de las olas en el mar. Ahora me detengo. Siempre he querido explicar lo difícil que debe ser escribir un libro que hable únicamente de olas, de cómo rompen en la orilla, se desprenden del sonido y se vacían poco a poco en la arena. Escribir todo un libro sobre esto… Pero ayer sólo me paré un rato a comtemplarlas porque luego volví, de la misma manera que vuelvo ahora, a acordarme de ti. No sabías que ayer hubiera sido una noche perfecta de no haberme dicho que tenías intención de volver. En futuro me escribistes “volveré” y luego sólo dejastes tres míséros puntos suspensivos…qué significa todo esto? No puedes volver porque nunca sentí que llegaras y te fueras. Ahora quiero acordarme de ti con ese mismo estruendo de la ola sin poder negar que disfruté mientras creí caminar sobre el mar subida en tu cresta pero…ahora que vuelvo a pisar con mis pies tierra firme, la espuma queda lejos y prefiero notar como el agua se escurre entre los agujeros de la arena. Estoy segura de que volverás, de vez en cuando eres un hombre de palabra, pero quizá yo esté sentada en mi toalla disfrutando de cómo vas y vienes sin dejarme salpicar por el agua salada.
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