Historias de carton (35)

“Siento calor. Quiero levantarme del sofá y desenganchar su polipiel de la mia. “ Eso pensó María justo antes de hacerlo. Se levantó. Cruzó toda su casa en solo dos pasos y llegó al tendedero del patio interior. Se metió las manos en los bolsillos del pantalón y fue sacando uno a uno a todos sus amigos, hechos pelotillas, arrugados, cansados, casi rotos y los fue colgando con toda la delicadeza que pudo en las cuerdas de nylon. Luego se colgó ella.