Historias de cartón (13)

Esta tarde he llamado por teléfono a mi abuela. Le he preguntado si se había enterado de lo del Papa y me ha dicho que sí, que llevaba toda la mañana con la tele puesta escuchando los rezos y encendiendo velas. Y ha insistido en decirme que ella gastaba mucho en velas y que al fin y al cabo era mejor gastar en velas que en vino. A mi me gusta planterale situaciones extrañas a mi abuela porque siempre me sorprende con sus comentarios y porque ella nunca se sorprende con mis situaciones, será cosa de edades. Mientras me explicaba con detalle como encendía una vela tras otra, a mi me ha dado por preguntarle si el Papa la había llamado para decirle que se iba a morir. Otra persona hubiera pensado que mi pregunta era totalmente absurda pero mi abuela se ha limitado a contestarme que no, que cómo iba el Papa a llamarla, a llamar a nadie, que cuando estás a punto de morirte sólo piensas en llamar a Dios. A mi, seguramente por muchas razones, me importa muy poco la muerte del Papa, las Iglesia Católica y cualquier tipo de religión pero cuando de vez en cuando escucho a mi abuela pienso que tampoco debe estar tan mal eso de morirte y tener un número de teléfono que marcar para poder avisar a alguién de que estás a punto de ir a visitarle.

1 Comments:

Blogger Grock said...

Personalmente me afecta más la muerte de Joaquín Lucky, que la del Papa, supongo que porque la imagen de este primero evoca en mi meroria más imágenes positivas que las del otro... ya hemos visto a muchos morir y muchos más que nos quedan, no deben quedar billetes para Roma, no sé si quedará alguno para el cielo, pero creo que el infierno se une al tijeretazo, al dos por uno. Total, debe ser cierto que es tan falso el uno como el otro. Tengo fe en ello.

miércoles, 06 abril, 2005  

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