Historias de carton (10)
Hay días en los que piensas que es una lástima que los bolsos de mujeres tengan tantos bolsillos, que siempre llueve cuando tienes la ropa tendida o el casco de la moto mirando a Cuenca colgado de la cadena de seguridad. Días en los que elaboras ideas como la de que existen dos tipos de personas: a las que les gustan los tocinillos de cielo y a las que no. Días en los que te gustaría escribir sólo las frases que escuchas a la gente que te rodea, así, algo como “es que a mi me pone el Bombay” ,“Ay, chica! Déjate de tonterias y hazlo!” o “es que lo que me pasa es que necesito mucho cariño” no serían olvidadas. ¿Y qué importancia tienen para que no se deban olvidar? ¿Y es que para que algo no se olvide tiene que ser importante? ¿Qué es importante? (Ufff…) También hay días en los que piensas cambiarlo todo mañana y no te da miedo. Y descubres cosas que te hacen realmente feliz y le pides de rodillas a la primavera que no sea cosa suya. Y montada en el caos caminas. Y que nadie te pregunte qué es eso tan importante que te ha pasado hoy porque querrás, no sabes porqué, decirle la verdad: que hoy no ha pasado nada.
1 Comments:
"... y le pides de rodillas a la primavera que no sea cosa suya" (sic)
Olvidar y recordar. Ese sí que es el oficio más antiguo del planeta. El otro día precisamente trataba de recordar las teorías del olvido. Sé que aparecían en el libro de filosofía de tercero de BUP, eso lo visualizo con nitidez: diría que eran unas cinco razones distintas por las que olvidamos. Necesito recuperar urgentemente el libro de tercero de BUP. Lo que no consigo recordar es para qué demonios busco yo a estas alturas las teorías del olvido. Coño, ¿para qué era?
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