Un ratito en el deslugar (23)

Después de que aquella noche conpartiéramos con una botella de vino nuestros respectivos secretos, no te volví a ver. Podría asegurar que no volvernos a ver no ha sido un acto consciente ni tansiquiera premeditado. Era como si la finalidad de habernos conocido hubiera sido, explicarle a un extraño, por que eso es lo que todavía éramos, nuestra historia vivida y sentida más bien guardada y que de no haberla compartido, probablemente hubiera reposado en nuestro cerebro sellada para siempre. La vida nos hará encontranos de nuevo, o la insistencia de algunos amigos comunes que aún mantenemos. Entonces, nuestra amistad deberá empezar de nuevo, intentando convertinos en eso que al principio buscábamos. Esta vez probablemente ninguno de los dos se atreva a contar cosas prohibidas, quizá porque después de aquella que aún hasta ahora es nuestra última noche, ya no nos quede ninguna. Será extraño, los dos sabemos que empezaremos desde cero pero habiendo dejado de ser extraños el uno para el otro al habernos descubierto un poco humanos detrás de nuestras máscaras.

A un amigo.