El delito comun (13)

No hace mucho, mientras me lavaba los dientes, escuché en una emisora de radio que Bigas Luna estaba buscando a Juanita. Me enjuagué la boca y me enfadé. Estaba molesta porque el director de cine preparaba el casting para encontrar a la protagonista de su nueva película. Es extraño, debería haberme alegrado al escuchar la noticia, al fin y al cabo, un nuevo rodaje es siempre una posibilidad de trabajo y la gente que hace cine, no los que lo piensan o se lo imaginan, si no los que lo hacen, hacen, también han de pagar el alquiler del piso cada mes o sobrevivir ocho meses a la sopa boba entre película y película. Repito: con lo de Bigas Luna, me enfadé. No tengo ni idea de que va la historia pero yo con lo del casting ya me la he inventado. Me enrabia el cine social, ese cine social que está de moda y que lo es no para decir nada sino para llenar taquillas. Preferiría que Bigas siguiera enseñando tetas y admirando la luna. Me gustaría decirle que su Juanita está probablemente en el Carmelo pero que aquella tarde no pudo presentarse al casting porque estaba en una reunión de vecinos y aquella noche, como la anterior, se la pasó llorando por haber perdido su casa después de que tras veinte años de pagar religiosamente una hipoteca se diera cuenta que debía empezar desde cero, otra vez. Decirle que su Juanita estaba en el psicólogo del barrio preguntándole a la doctora que más le podía pasar después de que el mes anterior muriera su madre, su padre estubiera ingresado sin entender muy bien qué le pasaba y que su tienda, ubicada en los bajos de un edificio, la cual había sobrevivido a la abalancha de los hoarios de los grandes almacenes, habubiera quedado reducida a la nada. Bigas encontrará la imagen de Juanita, la Juanita de todos y le irá muy bien, pero no será la de verdad. El maquillaje no sería suficiente para enmascarar el dolor de la verdadera clase media baja de este país. Juanita es también la madre de una chica de ventidós años que acaba de ser asesinada. A Juanita le pegan. A Juanita le han retirado la custodia de sus hijos por beber demasiado alcohol, a Juanita su marido la engaña y ella también engaña a su marido. Juanita es un padre divorciado sin derecho a casi nada. Juanita está demasiado ocupada para hacer películas. Propongo hacer cine social con marcianos, me serviría si fuera verdaderamente honesto. También me serviría leer la historía de las dos barrenderas de Madrid sobre las que acaban de escribir un libro si las palabras fueran de verdad. La moda no me sirve, me da asco… me da asco que te encarcelen por ser de derechas y decir lo que piensas, me da asco que te encarcelen por ser de izquierdas y decir lo que piensas. Me dan asco las constituciones y las Fashion Weeks. Me da asco oir a una persona creer haber perdido a sus amigos porque ya no puede confiar en nadie. Me da asco oir como cada vez nos sentimos más solos. Y mañana me despertaré después de un sueño que ahora no puedo imaginar y que espero me sorprenda porque la vida que me rodea ha dejado de hacerlo de tanto asco que a veces me da. No puedo pensar en estas cosas constantemente, estaría siempre enfadada. De vez en cuando me escapo para sumergirme en algún detalle que me hace pensar que pese a todo algo vale la pena ser sentido, explicado y compartido. Alguién nos regaló la esperanza, la inocencia, la belleza, la inteligencia, la imagianción, el amor…y tantas otras cosas de las que debemos echar mano para que seguir aquí tenga algún sentido. Ese alguién no fue Dios. Vaya pájara me ha entrado hoy con lo de Bigas Luna, no?

1 Comments:

Blogger Glube said...

Seguramente. Son regalos al mejor estilo self-service: sírvase usted mismo.

Un super saludo!

miércoles, 09 febrero, 2005  

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