Donde a veces estoy (12)

He querido acariciar su cabeza efímera y al hacerlo, sus ojos se han perfilado con tinta roja. Ha latido y su golpe me ha derrumbado. No sé como atar nuestro amor a una piedra mientras sigue creciendo el rosal y el limonero dando limones. Suena un vals. Miro y voy despidiéndome. Miro y voy.